Caso Petro

Realmente estamos desconcertados con el desconocimiento del fallo de la Comisión Interamericana que pone en peligro no solo los diálogos en la habana porque en ellos se está demostrando que la democracia de Colombia ni siquiera es de papel, también se pone en peligro la participación política de los ciudadanos que decidimos hacer uso de nuestro derecho como sociedad cívica. 

La gravedad del asunto radica en la mal toma de decisiones del presidente Juan Manuel Santos, al no reconocer este fallo, nos demuestra que Colombia vive una democracia fallida de naturaleza oligárquica, el poder en manos de una minoría, la mermelada para manipular y como chantaje político y social.

Hoy más que nunca la reelección cojea, los colombianos con conciencia política debemos pronunciarnos con una voz diciente sobre lo que está pasando en Bogotá, por que nos surge construir un país sin miedo, sin terror a la tiranía y a la miseria.

Los abstencionistas a la calle, a las urnas por un mejor país, no nos merecemos los que gobiernan a favor de la violencia y el miedo; Bogotá con el Alcalde Petro demostró que la inclusión es posible que el pluralismo y la diversidad puedan gobernar y que la articulación de la fuerza social puede proyectar sujetos sociales con identidad.

Este es un llamado a la resistencia, a una izquierda unida que asuma el liderazgo de millones que habitan esta sociedad, reconocer los sueños de las mayorías ya que Bogotá no puede seguir siendo la caja menor de los carruseles, el billonario presupuesto de Bogotá debe ser invertido en lo social, mejor educación, mejor salud, mejor alimentación, mayor inclusión, para lograr ver resultados que hasta el momento han sido cegados y obstaculizados por la corrupción y la mala administración que tan de costumbre se ha vuelto en el país.