SALIDA DE CAMPO

PRESENTACIÓN


En el presente proyecto, se elaboro un trabajo de investigación netamente observacional, en el cual se pudo visitar a dos hospitales distintos, uno el hospital de Engativá y el otro un hospital de la EPS sanitas. El propósito fue establecernos en la zona de urgencias, la cual nos parece podía representar en mayor medida una muestra de lo que en la cotidianidad de los bogotanos y en la inmediatez de su rutina, puede representar el sistema de salud, así como su forma de proceder en ambos casos (hospitales). El objetivo general fue analizar, observar y describir la calidad y el estado actual de la prestación del servicio de salud en el área de urgencias en Bogotá. Y a lo largo de este proceso se irían observando objetivos específicos, tales como describir las entidades de salud y los protocolos establecidos para el cumplimiento de reglas en la prestación de servicios en el área de urgencias. Observar las dos entidades de salud visitadas, e identificar la calidad de prestación de servicios y sus diferencias. Y describir la problemática de la prestación de servicios en el área de urgencias y balancearlo con la información dada por medios de comunicación.
 


RESULTADOS


1. Los hospitales visitados cumplían la función primera, en la zona de urgencias, de brindar la atención inmediata a los pacientes que así lo requiriesen, en este sentido cada hospital manejaban protocolos de atención que básicamente estaban basados en el sistema clasificatorio del triage, el cual era el sistema por el cual ellos determinaban la gravedad del paciente y por consiguiente la urgencia de atención que requería. Este sistema funcionaba en ambos hospitales de la misma forma y el protocolo que se desarrollaba en la atención del paciente que llegaba era su registro en la entrada su clasificación con el triage el cual se hacía con una observación netamente empirista pues el encargado de clasificar la gravedad de los pacientes podía decir cual requería atención inmediata con solo verlo, y así pues los que a simple vista no parecían requerir atención urgente podrían esperar para valorarlos y así determinan su grado de urgencia. En este sentido los pacientes se valoraban en tres grados de urgencia: siendo el grado 1 el grado en el que el paciente tenia comprometido algún órgano blanco (cerebro, corazón) y por lo tanto requería una atención inmediata porque de lo contrario estaría en riesgo su vida. El grado 2 era el de aquellos pacientes que requerían una atención inmediata por algún síntoma que en cierto grado de espera podría comprometer su vida, pero sin embargo, podría esperar a ser valorado pues la urgencia de la enfermedad no era de carácter inmediato, así pues el rango de espera de estos pacientes se valoraba entre 4 y 6 horas. El grado 3 era el que menor urgencia requería pues el paciente no corría el riesgo de comprometer su vida por la enfermedad y por lo tanto el rango de espera radicaba entre 6 y 12 horas de espera, en la mayoría de los casos los síntomas de la queja eran pacientes con antecedentes de la enfermedad y casi siempre en el sistema eran remitidos a medicina general donde se les recetaba algún medicamento y se les daba de alta.

2. Por medio de la observación pudimos concluir (con las limitaciones que una generalización empírica puede conllevar) la calidad del servicio en uno y otro hospital, así como determinar la dinámica de cada una de las salas de urgencias y poder de uno u otro modo llegar a la conclusión que en la ciudad se ve un gran contraste no solo en calidad, sino social entre un hospital y otro. Así pues, empezando por el hospital de Engativá se notó la similitud en la prestación de servicio con el hospital de sanitas en la distribución de espacio de las salas de urgencias pues en ambos la sala estaba distribuida de la misma manera, así como el mismo sistema de clasificación y distribución de la atención de los pacientes según los protocolos del triage. Así mismo se diferenciaron aspectos como el trato de los pacientes y la comodidad de los espacios que contrastaban entre un hospital y otro, por ejemplo en la sala de observación de Engativá era notable un hacinamiento de pacientes al haber 15 camillas que muy seguramente en un día como el viernes de bastante flujo de pacientes podrían llegar a hacer colapsar la zona, haciendo, como alcanzamos a evidenciar en los últimos minutos de la observación que muchos pacientes debieran ser ubicados en el pasillo ya que el salón no alcanzaba. En cambio, en la zona de observación de sanitas pudimos ver una amplia zona donde aproximadamente habían las mismas 15 camillas pero con el suficiente espacio y camillas para que, en un día de movimiento en el que se requieran más camillas para pacientes pudieran estar debidamente ubicados y organizados. También se observó que aunque el sistema de triage era el mismo, la dinámica cambiaba pues un paciente grado 2 en Sanitas podría ser atendido y valorado en aproximadamente 30 minutos, con un flujo en la sala de espera de 50 personas, en cambio en Engativá podríamos observar que un paciente grado dos (clasificados por observación según sus síntomas y aspecto) podría ser valorado en aproximadamente una hora con un total de gente de 63 personas en la sala de espera. 

3. En las salidas nos dedicamos muy específicamente a poder concluir a partir de nuestra observación la calidad de un sistema de salud que todos los días se ve enfrascado en múltiples críticas por su dinámica y actual crisis, esto evidenciado en las múltiples inconformidades que básicamente son mostradas en medios de comunicación. Así pues nos pareció conveniente partir de este imaginario popular que maneja la gente, de un sistema que obedece más a un negocio, que como tal a un servicio que brinde garantías a la vida de los ciudadanos y contrastarlo con las conclusiones que nosotros mismos pudiéramos sacar de las observaciones en urgencias. De este modo fue indispensable interpretar los gestos y los sucesos que de algún modo están vinculados a las dinámicas del sistema hospitalario y que muchas veces refleja una realidad social que se escapa de simplemente atender a un paciente.

CONCLUSIONES:


· Se observÓ que aunque los estatutos establecidos por el estado a cualquier centro de salud son los mismos y se tipifican como uno solo, van a ser claras ciertas disimilitudes entre el sector privado y público, al momento en que la entidad encargada preste el servicio de atención a la población capitalina. Acentuándonos en la desigual capacidad de remisión de usuarios y en la capacitación del personal médico e instrumentos según la entidad.

· Independientemente del tipo de carácter que tenga la entidad, bien sea pública o privada; ambos intentan priorizar en los casos con la estadística más alta de riesgo, ya que para la entidad prevalece el paciente más grave o el que puede llegar a correr el riesgo de perder la vida, a comparación del que necesita una revisión netamente empírica sobre un caso menor.

Comentarios

Entradas populares