Retratos sobre la índignación étnica.

Las comunidades están indignadas, cansadas de las falsas promesas y de los incumplimientos generados por el Estado, debido a que  confían en el Gobierno; y en qué van a promover y respetar sus derechos por ser conscientes de la Constitución por la que somos regidos los Colombianos. Merecen una mejor calidad de vida porque también son seres humanos y es un derecho fundamental. Es agradable que hagan respetar sus derechos, los exijan y tomen este tipo iniciativas debido a que es la única manera con la cual el Estado los escuche y les cumple.

Es preocupante la actitud de desinterés que toma el Estado frente a una población que es de vital importancia debido a que algunos de los individuos de esta población han sido rechazados por la sociedad, y cabe resaltar que gracias a los campesinos muchos de los Colombianos podemos consumir nuestros alimentos cada día.

Es fundamental que los distintos entes culturales, lingüísticos y educativos, preparen y fomentan estas actividades como estrategia educativa, para una sociedad más tolerante y que en realidad divulguen el multiculturalismo como eje fundamental para una sociedad, que en esta época se debate por la paz.

Además de la falta de reconocimiento y estudio de lenguas nativas, que se han visto afectadas a través del tiempo desde la llegada del castellano, cada vez más poblaciones indígenas, afrodescendientes y ROM se ven afectadas lingüísticamente por la falta de hablantes de su lengua y por la interacción con otras poblaciones del país o en la propia capital. Donde toman como medida drástica enseñar a futuras generaciones el castellano dejando al margen su identidad lingüística.